El éxodo venezolano de más de 2 millones de personas en América Latina ha despertado una xenofobia nunca vista y de gran preocupación.
Desde que comenzara la crisis en la República Bolivariana de Venezuela, ya se cuentan más de 2,3 millones según afirma la ONU, otras fuentes aseguran que en la actualidad salieron ya 4 millones a distintos puntos del mundo, el cual no para de crecer y en los últimos meses es de forma masiva y continua.
Colombia es el país que mayor número de venezolanos recibió hasta la actualidad, quienes han huidos de la grave crisis social y económica del país. Los que están contabilizados hasta la fecha en un millón de ellos, en sus registros publicos, en consecuencia, este país emite el Decreto 1288, de 1 de agosto de 2018, que permite la regularización de al menos 442.462 personas venezolanas en situación irregular censadas mediante el Registro Administrativo de Migrantes Venezolanos en Colombia, el programa fue realizado con la intención de llevar adelante programas de ayuda humanitaria para este colectivo migrante en situación vulnerable por el origen excepcional de su emigración.
Medida que les permitirá acceder por dos años a una residencia con autorización de trabajo, servicios de salud, educación, y atención a niños, niñas y adolescentes, por parte de todas las administraciones nacionales.
Paralelamente a esta medida extraordinaria los países vecinos como Ecuador, Perú y Brasil realizan maniobras que se podrían calificar como xenófobas.
El país vecino de Ecuador que es utilizado como camino (país de paso) por los venezolanos para llegar a Perú, ha decidido solicitar pasaporte a los venezolanos que pretendan ingresar al país, ya sea para solicitar residencia o cruzar sus fronteras, cuando historicamente con la cedula de identidad era suficiente documento de identificación y acceso al paso fronterizo. Medida considerada trágica por la dificultad que crea a los venezolanos, tramitar un pasaporte en ese país además de costoso implica demora y soportar medidas de acoso por parte de la administración que no acepta la huida de los venezolanos, al negar la realidad.
Por su parte, Perú es el segundo país en números de venezolanos recibidos por el actual éxodo y como consecuencia ha tomado la mediad de solicitar pasaporte y endurecer las leyes en cuanto a otorgar el permiso temporal de permanencia PTP, que no rige para quienes accedieron de forma irregular y a quienes se les deniegue y agote la vía administrativa, deberán abandonar el país en 30 día. Aunque tambien solicito al país venicno de Ecuador unificar las medidas migratorias en relación a este problema actual y grave.
En Brasil en la ciudad de Pacaraima fronteriza con Venezuela, los brasileros del lugar atentaron contra los venezolanos quemando sus campamentos, al grito de que vuelvan a su país.
Es preocupante y lamentable la xenofobia levantada en esos países latinoamericanos ante la tragedia venezolana.
El éxodo venezolano tiene otros destinos preferidos entre los cuales son, Argentina y Chile, países que hasta hoy acogen benévolamente a este colectivo y en especial atendiendo la razón de su migración.
En España hay en la actualidad más de 15 solicitudes de asilo, las peticiones de asilo de venezolanos en España se han casi triplicado en el último año. Pasaron de 3.960 en 2016 a 10.350 en 2017, según datos de Eurostat información facilitada por Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en su último informe. Fueron tramitadas 1.545 correspondientes a venezolanos, de las que sólo 15 obtuvieron una resolución favorable. Para estos ciudadanos están pendientes otras 13.425, una cifra que engloba las presentadas este año y las acumuladas de ejercicios pasados, el CEAR afirma que España rechaza 2 de cada tres solicitud de asilo venezolana.
La falta de sensibilidad ante la situación actual de este colectivo que se ve obligado a dejar su tierra de forma dolorosa e inminente ante la trágica situación, nos vuelve a demostrar la preocupante falta de solidaridad mundial, o nos retrotrae al 2015 con el éxodo de los sirios ante las puertas de Europa.
Por: Catalina Magallanes.